Elvio
Galati, docente-investigador de la Facultad de Derecho, comenta su
trabajo sobre historia de la ciencia en argentina. El rol del Conicet y
el papel de los investigadores.
El rol del Estado en el planeamiento de las políticas
científicas, los investigadores como fuerza motora para llevar adelante
los proyectos de investigación, la formación de nuevos investigadores,
las capacidades de la Carrera del Investigador para absorber a los
doctores y la canalización de estos a través de articulaciones con
empresas, industrias y municipios, entre otros temas, son desglosados
por Galati. El trabajo no es simplemente una descripción histórica; el
investigador da su visión sobre las ciencias sociales y su
reconocimiento por el CONICET, la mirada con que se aborda la ciencia
básica y la aplicada en la actualidad y a lo largo de los años, y el
lugar que deben ocupar los doctores así como sus funciones en el
entramado científico-tecnológico.
¿Cómo surge tu interés para escribir este artículo?
Un artículo es siempre un disparador, sobre todo
cuando tiene tan pocas páginas. Como a veces les digo a mis alumnos de
metodología, hablando de que a veces cuesta comenzar un proyecto de
investigación, que un artículo es siempre un disparador. Es importante
poder escuchar otras opiniones, otras perspectivas sobre el tema.
Hace muy poco comenzó una materia que yo doy,
Epistemología. En la primera clase surge la duda de cómo convencer al
alumno de que es una materia importante, ya que al ser una rama de la
Filosofía, la cual tiene la fama de que es una especie de decorado. Al
buscar material para entusiasrmarlos, lamentablemente encontré algo que
me impactó. Me refiero a la lectura de una persona que trabajaba en
EE.UU. y escribía desde la década del 70. Le decía a la comunidad y
sobre todo a los jóvenes, que no se dediquen a la ciencia. Esto está
relacionado con lo dicho por el ministro, cuando expresó que el CONICET no está preparado para absorber todos los recursos humanos que forma.
Al leer lo de este científico en primera persona, me
impactó más. Ya que no hablaba sobre hacia dónde va la ciencia, como
decía el ministro, si no que decía no te dediques a la ciencia.
Coincidía con que en la década del 70 había una
similitud entre EE.UU: y la Argentina en cuanto a que el Estado
financiaba con una determinada cantidad de dinero, para absorber esos
puestos. Los organismos de ciencia no brindan la posibilidad de
absorber, como lo señalo en el artículo, las vocaciones. La mirada
política es insoslayable.
¿Cuál es tu experiencia personal con el CONICET y tu visión de la política en la ciencia?
No es que ahora se participa más en política, creo que
está más visibilizado. Cuando yo participaba como becario doctoral o
posdoctoral no le prestaba mucha atención porque podía trabajar de eso.
Pero cuando uno está del otro lado del mostrador se le presta más
atención a la influencia de la política a la hora del trabajo en la
ciencia, tanto en lo macro como en lo micropolítico. Ahora más que nunca
veo la relación entre la política y la ciencia. Tal vez es cierto, como
decía Nietzche, que cada libro que uno escribe es uno mismo hablando,
pero es importante el doble discurso que tenemos. Por un lado uno trata
de convencer a los alumnos para que hagan ciencia y después uno se
encuentra con esto: alguien que dice vas a terminar haciendo posdocs,
mudándote de un lado a otro, sin estabilidad, con un sueldo que no puede
llegar a compensar todos tus intereses y peleando con tus colegas por
algún puesto en la universidad o en el lugar donde trabajes.
Lo sorprendente es que la persona lo escribe pensando
en los EE.UU. pero se aplica perfectamente aquí. Es algo que me excede
pero que las autoridades deberían tener presente, sobre todo para evitar
el doble discurso, el doble estándar político.
El ministro Barañao decía en aquella época (2012), que
el CONICET no está preparado para absorber. Esto se va corroborando en
las distintas políticas que tienen. Por ejemplo los ingresos a carrera
que cada vez son más restrictivos. Barañao habla de derivar doctores que
ha formado el CONICET a distintos puestos que las personas van
solicitando y lo ponen en una base de datos del CONICET. Derivar
recursos humanos a las industrias, las empresas, los municipios. Ahí es
donde viene la polémica. El doctor piensa que haciendo ciencia en una
vinculación más estrecha con la sociedad, el cumple su misión en la
vida. Pero hay otros que dicen tener la capacidad de ver más a largo
plazo. Houssay jamás hubiera pensado que sus investigaciones sobre el
funcionamiento de las glándulas iban a poder terminar en avances para la
diabetes. Quien se plantea ese problema hoy no puede desconocer lo que
hizo Houssay en su momento. Creo que por lo menos tiene que estar dada
la posibilidad de hacer ciencia de distintas maneras, no solo pensando
que uno tiene que tener la anteojera de decir “tengo que resolver este
problema”. Bienvenido si hay personas que pueden trabajar y resolver el
problema aplicado, pero podría haber otras formas.
¿Qué reflexión te merece la comunicación de la ciencia?
El marco teórico del trabajo está inscripto en el
pensamiento complejo. El tema de la comunicación es crucial. La
comunicación entre los científicos también es importante. A veces uno no
sabe lo que está haciendo el otro, no sabe cuáles son las políticas de
la universidad, los incentivos que puede dar, los programas. De esta
manera se repiten trabajos, se pierden oportunidades.
Si bien el científico debería trabajar de una manera
bastante libre, eso no lo exime de comunicar sus resultados. Es distinto
trabajar con la presión de la sociedad a que uno no deba rendir cuentas
de lo que ha hecho.
En la docencia, ¿cuál es tu visión de la importancia en la interacción docente alumno?
En una primera clase, cuando les pregunto quiénes son
para saber con qué personas trabajo. Muchos me decían que habían
abandonado la educación a distancia. Me contaban que habían abandonado
ese sistema por algo presencial. Creo que no hay diferencias entre
ciencias duras y sociales. Tengo la impresión de que es irreemplazable,
ya que tiene que ver con el diálogo humano. Así empezó la Filosofía,
dialogando. Esto es algo que a veces se pierde mucho por la lectura y la
repetición de los textos. Parece que es un mal de los tiempos este tema
del cerramiento, la infantilización., la superficialidad de los
análisis. Creo que uno de los rescates tiene que ver con el diálogo, el
trabajo conjunto y la libertad para el científico.
Parecería que hemos puesto muchas expectativas en la tecnología, pensando que nos va a solucionar todo.
Con referencia a la tecnología, en las clases siempre
hay un momento para reflexionar sobre el espacio donde uno está
trabajando: la parte técnica, la parte científica y la parte filosófica.
Creo que esto es fundamental. Creo que la técnica es fundamental pero
nunca deja de ser un instrumento. Y por esto, uno tiene que tener
conciencia de la finalidad por el cual lo utiliza. En este caso y, y
hablando de cámaras, micrófonos, Internet, etc. También está la
posibilidad de ir rompiendo fronteras con respecto a la actividad
científica propiamente dicha. Uno no debería dejar el espacio para
filosofar sobre el tema. Parece hoy tan asentado que la única ciencia
que podemos hacer es aplicada. Esto sería como un maquillaje de la
técnica. Uno también tiene que tener los espacios para reflexionar. Tal
vez, de algún loco perdido alguien pueda seguir una línea y eso podría
significar un cambio. Cuántas veces habrán criticado a Colón cuando
quiso zarpar para “descubrir” América? ¿Qué hubiera pasado si no hubiera
habido un hombre tan aventurero como el de la edad moderna? O como un
Lutero, que protestó y Calvino también. Ahí se pega con lo que decíamos
respecto de dejar de esperar todo del Estado. Me da la impresión de que
eso va a ser muy difícil en la Argentina de hace muchas décadas. Esto
daría lugar a otro debate.
Me da la impresión de que si una persona no cree
firmemente que ella y nada más que esa persona es la autora de su propia
salvación, lo cual tiene que ver con la más tierna infancia en la
educación y cómo cada institución que maneja dinero público lo piensa,
por ahí podría haber alguna pista en cuanto qué hace el científico, por
qué lo hace, cómo lo comunica.
Cuando uno está firmemente convencido de que es el
autor de su propia salvación, uno puede decir trabajo en lo que me gusta
y por eso la comunicación va a ser una derivación lógica de esa
felicidad que el individuo siente. Porque él sabe que no va a trabajar
en algo que no le guste. Ahí la comunicación, el trabajo en equipo y
juntarse con otros que disfruten de ese mismo interés será algo común y
más natural.
¿Qué otras cuestiones influyeron en que escribieras este trabajo?
Como me interesa tanto el tema, empecé un postgrado,
un doctorado en Epistemología en la Universidad Nacional de Tres de
Febrero. Ahí había una materia llamada Historia de la Ciencia III, en
donde abarcábamos la temática de la Argentina. Pude desarrollar una
pequeña carrera en el CONICET como becario doctoral y postdoctoral.
Quedó ahí trunca la posibilidad de ingreso a la Carrera del
Investigador.
Como aprendí a poner en palabras mis inquietudes, se
unieron mi gusto por la ciencia y en este caso por la historia de la
ciencia, más mis motivaciones y la posibilidad de la escritura. Esto es
lo complejo de la vida de una persona. Uno tiene que tratar de hacer lo
que le gusta pero también pensar en la utilidad práctica que implica
todo artículo, el cual sirve para la carrera docente y para los
concursos en los ingresos. Encontré la posibilidad justa de poder
escribir algo que me gusta.
También hay algo importante. Mi moraleja personal es
que uno no está atado a los títulos ni al pasado. Uno puede ir
construyendo sus propios intereses e inquietudes académicas a medida que
se va desarrollando como persona. Te habrás planteado que no habrás
querido que te identifiquen solo con tu profesión, ya que eso no
reflejaba tu personalidad ni tus deseos en la vida.
Vuelvo a esto de cada parte autobiográfica que tiene
un artículo, porque hay que reconocerlo. Uno no cae de un planeta y
aterriza acá y empieza a escribir. Creo que tiene que ver con una
postura y una subjetividad. Es importante que la objetividad esté en
reconocer la subjetividad, no en ocultarla. Nada está escrito con otras
intenciones. Es mi historia y cómo yo la puedo respaldar con datos
concretos. Seguramente habrá partes de las perspectivas que habré
ocultado, a lo mejor sin mala fe. Pero siempre un artículo es el
puntapié para poder incorporar voces de personas que me digan “¿pero Ud.
dónde cree que está el científico?, o “¿por qué cree que tiene que
emburbujarse”. Bienvenidas sean las críticas y la posibilidad de
replantear en un segundo o en un cambio de opinión con una oportunidad
para otro trabajo.
La AAPC está intimamente conectada al surgimiento de la investigación en la Argentina.
Quería agregar que un organismo tan importante como el
CONICET surgió a partir de una asociación privada como la AAPC. Hay que
tener en cuenta a los fines del conocimiento, una de las ventajas de la
historia. La historia roza tanto con la filosofía porque nos hace ver
el origen de las cosas. Y en base a esto, cómo uno puede seguir la
tradición o pretender un cambio. En los primeros momentos surgió de una
rama de las ciencias duras: Física, Matemáticas. Eso puede tener que ver
también con una especie de recomposición o de recompensa histórica
hacia los cientistas sociales, que siempre fueron vistos como una
especie de tierra de la metafísica o de la subjetividad en donde uno
puede decir cualquier cosa. Y no es así. Esto daría lugar para otra
charla.
El reconocimiento vino de las propias ciencias duras
cuando por ejemplo Prigogine, el premio Nobel de Química, reconoce el
papel de la incertidumbre y de la subjetividad del investigador. Ahí se
comienza a tomar conciencia de la importancia de las Ciencias Sociales.
En el nacimiento, cómo convivieron en su origen Houssay y García que
eran tan antagonistas entre ellos, a pesar de lo cual no profundicé en
la convivencia a partir de hechos concretos. Pero supongo que han podido
convivir, que es lo que a veces es una materia pendiente para nosotros,
a nivel político, científico y en general.
Feria del Libro
Galati estará presentando su libro "Los comités
hospitalarios de bioética. Una comprensión trialista y
transdisciplinaria desde el Derecho de la Salud" en la Feria del Libro
que se encuentra en el Predio Ferial de la Sociedad Rural, stand 1722,
el viernes 6 de mayo a las 18 hs
Fuente: rosario3.com